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La selección de Turquía se clasificó para los cuartos de final del Mundial de baloncesto, al derrotar por paliza a Francia, 95-77, en un partido que dominaron de principio a fin apoyados por quince mil aficionados que gritaron sin parar.
Turquía comentó a pleno ritmo con un 5-0 en apenas un minuto, lo que en una cancha como el Sinam Erdem Dome con 15.000 gargantas apoyando a su equipo no es para considerar una cuestión banal. Sin embargo Francia, una selección sin alma en otras ocasiones, no se dejó amilanar e intentó seguir el ritmo impuesto por los locales.
A rachas y a trompicones, Francia consiguió llegar al final de los primeros diez minutos, 19-14, sólo con cinco puntos de desventaja, lo que dado el estado de cosas fue un buen resultado.
En el segundo cuarto la situación empeoró para los europeos. Entre el ambiente y una zona muy abierta de los turcos, que ocupaba prácticamente medio campo, la selección turca fue asfixiando poco a poco a una Francia que intentaba no perder demasiada comba en el marcador.
Por si fuera poco esto, el ídolo local Hidayet Türkoglu se esmeró en el lanzamiento de tres puntos con dos canastas de tres aciertos que sembraron el delirio en las gradas.
Con Ilyasova y Türkoglu como maestros de ceremonias, la selección otomana se fue al descanso con quince puntos de ventaja, 43-28 y siguió aumentando su renta en el tercer cuarto, 58-34 a los 25 minutos.
A estas alturas de partido, la selección turca, la francesa y los quince mil asistentes al partido ya tenían muy claro hacia donde se inclinaría la victoria.
Con ventajas por encima de la veintena de puntos, tanto Turquía como Francia relajaron su juego. No fue necesario más por ninguna de las dos partes. Turquía ya estaba en cuartos de final. Y el ídolo, Türkoglu, en apenas 25 minutos logró 20 puntos y 4 de 7 triples.
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